Según la leyenda, la tripulación de una trainera que se encontraba perdida en una tormenta se encomendó a la Virgen. Sucedió el prodigio de una paloma que les orientó volando hacia tierra, y encontraron además un bulto flotando que resultó ser una imagen de La Virgen. Al llegar a tierra la paloma voló hacia un collado y la Virgen, depositada en principio en la Iglesia de San Antón, fue encontrada en ese collado varias veces, siendo clara su voluntad de que se edificase su ermita en aquel lugar.

El santuario se edificó en el siglo XVI, reformada en el XVII y XIX. Parece que hay crónicas anteriores a 1900 que definen las fiestas, pero pueden ser más antiguas. La imagen corresponde a una talla tipo «reina de los cielos», con un cetro y el niño. La flor distintiva es el nardo, flor de la pureza y la humildad.

La Fiesta de La Virgen de La Guía está declarada de interés Turístico Nacional. Se celebra el 8 de septiembre. La víspera del día grande se celebra novena y una emocionante procesión nocturna a la que las mujeres acuden de mantilla. La Virgen se traslada desde su ermita a la Basílica con todo un ceremonial, portada por 8 hombres y 4 horquilleros. Se deposita la imagen y su estandarte a los lados del altar.

Al día siguiente se realiza Misa solemne, al término de esta se forma una comitiva de aldeanos, niños que bailan la danza de Arcos, porruanos y banda de música. Acompañarán a la imagen hasta el campo que rodea la ermita y antes de devolver a la imagen se interpreta la danza de los Arcos, se hace el ofrecimiento de ramos y el festival folclórico de esta romería.