Romería de San Hadrian do Mar – Malpica de Bergantiños – A Coruña

Romería de San Adrian Do Mar

Santo Hadrián se festeja en cuatro lugares de Bergantiños: Corme Aldea (Ponteceso), Sofán (Carballo), Verdes (Coristanco) y Malpica. Aquí, miles de personas honran a este santo de fama milagrosa. En este conjunto, encontramos todos los ingredientes de un espacio religioso: la romería, la capilla, la fuente de aguas milagrosas, las leyendas y la cruz pétrea.

El momento más álgido de la romería es la misa mayor que se celebra en el atrio de la humilde capilla. Desde días antes, y durante el mismo domingo, los alredores de la ermita viven un ambiente festivo que le otorgan tabernas, tenderetes de rosquillas y mendigos.
La «suculenta comida pagada por la Confradía de Santo Hadrián» (Cebrián, 1982: 238) fue sustituída por una sardinada popular y comidas particulares. Hasta los cincuenta se mantuvo la costume de «baixar o santo» (Cebrián, 1982: 239), consistente en que una persona pasase la pequeña talla del santo «sobre la cabeza, los hombros, pecho y costillas del ofrecido pronunciando mientras una oración ritual, ancestral, en la que se invocaba el poder del Santo y de Dios».

· La Procesión
Al alba, la procesión parte de la parroquial de San Xulián en Malpica, acompañada por una comitiva de banda de música. Las manos de los romeros se mueven por el itinerario que acabamos de recorrer. Desde el mar, embarcaciones hacen lo propio, haciéndose notar con mucha pólvora. Llegada arriba, se escucha cualquiera de las seis misas. Comidas y juerga, dan paso a la subasta de los pollos, vacas o pies de cerdos ofrecidos al santo. Retorna la comitiva por el mismo camino, pero en menor número de acompañantes. En el pasado, durante la bajada (Cebrián, 1982: 239) «se organizaba una danza que fue degenerando hasta convertirse en un baile chabacano, tras muchas discusiones se prohibe este acto». El actual icono del santo, que data del siglo XII, mora durante el año en la iglesia matriz.

· La ermita
Es una humilde capillla alargada, con un altar pegado al sur y rodeada por un cercado de hormigón y piedra. La primera construcción data del siglo XVI. Uno más tarde, Jerónimo del Hoyo (365) nos habla aún de su existencia: «…otra de Santo Hadrián en la parte de la tierra». La actual, blanquita y con tejado de teja del país, muy visible desde el mar, data de principios del veinte y en ella hay que destacar la espadaña coronada por una veletade hierro.

· La fuente
Al pie de la ermita, la fuente de agua milagrosa, se cubre desde el día de la romería, de un manto colorido por los paños de os romeros. Las aguas poseen propiedades curativas para sanar las verrugas, siempre y cuando el ofrecido las moje con fe.

· Culto
La actual devoción a Santo Hadrián supone la cristianización de ritos precristianos de cultos (Cebrián, 1.982:239) hidrolátricos (las aguas) y litolátricos (las piedras), seguramente realizados por los moradores del Bico do Castro, recinto castreño del que a penas se conservan vestigios arqueológicos claros (Casal, 1975:359), tan solo la leyenda: «en la caída del Bico hayi un cacharro de oro y otro de azufre; pusieron los dos juntos, porque si estalla el de azufre, seguro que envenena a quien lo rompe».

· Las leyendas
En un espacio de tradición y vida como este es obvio que abunde la leyenda. Una de ellas, cuonta que, en tiempos, las Sisargas se encontraban llenas de serpietes. El Santo pisó una con el pie en las rocas de la ribera, de modo que quedó allí petrificada y ordenó a los demás réptiles que nunca más regresasen a las islas. Hoy, curiosamente, no existe ningún tipo de serpiente en esa zona. Para hacer más creíble la leyenda, podemos acudir a los acantilados del Portiño donde veremos, las que dicen, huellas del Santo, las tazas en las que tomaba la sopa y un bastón blanco, largo y estrecho, a quien la tradición atribuye como la figura de la serpiente pisada.