Existe una profunda veneración a la Virgen de La Esperanza en todos los pueblos que rodean su santuario. Tanto es así, que se celebran varias romerías hoy día, para satisfacer a todos los fieles que incluso llegan a fletar trenes para poder acudir a Calasparra. El día de la Virgen es el 8 de septiembre, siendo la romería una de las pocas que se celebra por la noche.
La tradición afirma que la imagen de la Virgen «Pequeñica» fue encontrada por un pastor en una de las cuevas que excava el río. Tanto pesaba a pesar de su tamaño, que comprendieron que su santuario debía edificarse en las cuevas, de donde no parecía querer moverse. La Imagen grande de la Virgen de La Esperanza se venera al menos desde 1786 junto a la pequeña.
Los vecinos solían acercarse en grupos al santuario el día anterior a la romería tomando el Atajo de La Virgen, veían la imagen y volvían de madrugada. Algunos devotos hacían tramos del camino de rodillas y otros se hacían velar como si fueran cadáveres en el santuario, lo que se llamaba tradición de las «Amortajadas».
En el santuario había un refugio para dormir y en el exterior se hacía la fiesta. Comida romera, conejo con tomate y tortilla, y mucho vino, de postre, sandía. Hoy día se añaden los conciertos y la Fiesta de La Radio. Sólo durante la Guerra Civil y en la gota fría de 1989 se ha dejado de celebrar la romería. La fiesta nocturna se ilumina de pirotecnia, como no podía ser de otra manera.
Era espectacular en el pasado las filas de romeros que venían por la noche de la sierra, de otras localidades, atravesando el río en el paraje de Las Loberas por un puente provisional que se montaba cada año y por el que se pagaba por persona que lo utilizaba. Actualmente se celebran varias romerías en el santuario para facilitar el acceso de los fieles, que acuden preferiblemente por carretera.