Muy cerca de Murcia está el Santuario de la Fuensanta, donde está habitualmente la Virgen patrona de la ciudad. Dos veces al año la Virgen abandona el santuario y visita Murcia en romería: Cuaresma y Fiestas de Septiembre. En Cuaresma se celebra una preciosa ofrenda floral, procesión y misa. En septiembre la Virgen es traída el jueves de la primera semana a la catedral y se devuelve al santuario el martes de la semana siguiente. Su festividad es el día 8 de septiembre. La mayor romería es la que se celebra para llevar a la Virgen a su santuario de vuelta, en septiembre.

Los alrededores del santuario, que permanece abierto toda la noche del lunes al martes, se llena de fieles que esperan la llegada de la Virgen mientras grupos folklóricos bailan y cantan en honor a la patrona. También las inmediaciones del Santuario se inundan con los primeros romeros, que pasan la noche en el monte en un ambiente fraternal y lleno de alegría y tradiciones. Las siete cuestas que preceden al santuario se recorren de rodillas por muchos fieles y también es tradicional la lluvia de pétales de flores.

El culto a la Virgen de la Fuensanta -que sustituyó a la Virgen de la Arrixaca en su patronazgo- data de la Edad Media, época en la que los ermitaños tomaban agua de una «Fuente Santa». En 1694 tras una romería en la que se invocaba lluvia por una sequía muy larga y el logro de La Virgen de La Fuensanta de que al fin lloviera. El prodigio se repitió varias veces y en 1731 se cambió el patronazgo de Murcia.

Según la tradición, La Virgen se apareció en el Hondoyuelo, sierra situada a 5 km de Murcia, donde manó una fuente, la «Fuente Santa». La primitiva ermita sufrió modificaciones a medida que aumentaba la devoción por esta Virgen.

El santuario actual data del siglo XVII y es barroco, con importantes reformas posteriores, ya en siglo XX. Lo cuidan monjas benedictinas. La imagen de La Virgen es gótica, retocada en el siglo XVIII obra de Jaime Bort. Se cree que el niño es obra de Francisco Salzillo.